sábado, 7 de junio de 2008

Pablo Neruda


Conducta y poesía
Cuando el tiempo nos va comiendo con su cotidiano decisivo relámpago , y las actitudes fundadas , las confianzas , la fe ciega se precipitan y la elevación del poeta tiende a caer como el mas triste nácar escupido , nos preguntamos si ha llegado ya la hora de envilecernos. La dolorida hora de mirar cómo se sostiene el hombre a puro diente , a puras uñas , a puros intereses, Y cómo entran en la casa de la poesía los dientes y las uñas y las ramas del feroz árbol del odio, Es el poder de la edad o es , tal vez , la inercia que hace retroceder las frutas en el borde mismo del corazón , o tal vez lo “artístico” se apodere del poeta y en vez del canto salobre que las profundas olas deben hacer saltar , vemos cada día al miserable ser humano defendiendo su miserable tesoro de persona preferida ?
Ay , el tiempo avanza con ceniza , con aire y con agua ! La piedra que han mordido el légamo y la angustia florece de pronto con estruendo de mar , y la pequeña rosa vuelve a su delicada tumba de corola.
El tiempo lava y desenvuelve , ordena y continúa.
Y entonces, qué queda de las pequeñas podredumbres , de las pequeñas conspiraciones del silencio , de los pequeños fríos sucios de la hostilidad ? Nada , y en la casa de la poesía no permanece nada sino lo que fue escrito con sangre para ser escuchado por la sangre.

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